Ay, Metallica, tienes a la Ciudad de México bien loca.
En especial después de su segundo palomazo latino que dieron anoche en el Estadio GNP Seguros, donde Robert Trujillo y Kirk Hammett, como lo hicieron con La chona, el viernes, ahora se aventaron un cóver de La negra Tomasa, original del cubano Guillermo Rodríguez Fiffe, aunque muchos rocanroleros mexicanos la relacionan directamente con Caifanes y su famosa versión.
Una noche completamente diferente, en la que James Hetfield, Lars Ulrich, Robert y Kirk abrieron con Whiplash y For Whom The Bell Tolls.
Para todos los fans que asistirán el próximo fin de semana, deben recordar que viernes y sábado tocan rolas completamente distintas y tienen abridores distintos.
Ayer hubo un poco más de afinidad con los invitados, porque Five Finger Death Punch y Ice Nine Kills tiene mucha más relación con el género que Greta Van Fleet, uno de los grupos más criticados por los asistentes al show del viernes.
Otras 65 mil personas lograron aplicar headbanging con Wherever I May Roam, The Call of Ktulu y, por supuesto, escuchar la tan esperada balda One.
Excélsior.